CRÓNICA 2.0 Crean Keepod, un pendrive con el que los pobres pueden acceder a ordenadores

Nuestro ‘erizo’ es vuestro ordenador

Uno, dos, tres, cuatro, cinco… Aprender a contar hasta cinco es clave en la educación de un niño. No saber hacerlo es -acaso- peor que el analfabetismo. Es el número clave en esta historia. En 1943, Thomas Watson, presidente de IBM, soltó una frase rotunda: «Creo que existe mercado para unos cinco ordenadores en todo el mundo». Erró. Hoy, son cinco mil millones de personas las que no tienen acceso al uso de uno. Se han convertido en analfabetos informáticos, la nueva ola del subdesarrollo, un abismo digital que hoy es insalvable para los pobres. Hay esperanza. Dos treintañeros, uno israelí, otro italiano, Nissan Bahar y Franky Imbesi, podrían haber encontrado la solución por cinco euros [siete dólares]. Lo que cuesta su erizo, un pincho USB que almacena un sistema operativo y distintos programas. La vía para el «acceso a un ordenador para todos», como dice el eslogan de Keepod, la organización fundada por ellos La bautizaron así porque significa erizo en hebreo y combina dos palabras: una inglesa «keep» (guardar), otra hebrea «od» (todo). Su logotipo es este animal con cinco puntas en el lomo.

keepod

Crónica busca contactar a Nissan y Franky una y otra vez. Su idea deslumbra por su apabullante sencillez. En pleno epicentro tras ponerla en marcha, Nissan finalmente contesta y nos cuenta cómo pasó todo: «Éramos lo que se llama emprendedores. Yo trabajaba en una empresa de seguridad informática, Franky es cineasta… Nos conocimos en un concierto de Sonic Youth en Milán y nos hicimos inseparables… Fundamos una empresa para hacer fortuna y, por suerte, descubrimos que había miles de millones de personas sin acceso a un ordenador. Miles de millones. Y decidimos hacer algo… Era insano». Adiós a hacerse ricos.

Los jovenzuelos decidieron conectar primero a niños de un colegio africano. Ubicado en el enorme poblado chabolista llamado Mathare [Nairobi, Kenia, 500.000 habitantes], llevaron allí su invento. Decenas de USB con el logotipo de Keepod a repartir entre pequeños que nunca habían conocido un computador. Ojos abiertos, manos en la boca y el descubrimiento. Lo primero que vieron fue el saludo a distancia por videoconferencia. «Hola mundo», dijeron al unísono. Grito feliz que no dice nada más que la verdad. Franky aparece durante la entrevista en la pantalla del móvil de Nissan. Parecen dos roqueros que hablan de componer una nueva canción.

¿Cómo funciona el pendrive de Keepod? Se coloca en el puerto USB de un ordenador, el que no necesita siquiera un disco duro. Con este invento logran separar el hardware del software. Se enciende el PC. Lo que lo mueve es el pincho USB. Un portátil se transforma en decenas, cientos de ordenadores. «Allí va la información con nuestra propia configuración. Todo es privado porque cada uno de los Keepod tiene una contraseña y es completamente seguro. Tienen los programas necesarios». Como cada erizo tiene una capacidad de ocho gigabytes, permite crear copias en la nube [servidores de almacenamiento accesibles en internet]. Si se pierde, se recupera. «Cada día, sólo en EEUU, se tiran 85.000 ordenadores. Hay los suficientes para abastecernos. No se habla de utilizar un PC barato, pues aquí incluso 50 euros es demasiado, es usar los que se tiran a la basura».

Lo insano del consumismo. «Estamos pagando 800 euros por una super tablet o 2.000 por un ordenador. Eso es imposible para ellos. Si pones un aparato así en sus manos, podrían cortárselas para robarlas…». En esto también hay que pensar. En que no tengan valor para los rateros. «Hay una brecha digital enorme, pero son países peligrosos…»

«Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa», es una frase clásica de Mark Twain. Esta es quizás la mejor prueba. La escuela escogida se llama Whynot Academy o la academia del porquéno. El nombre no puede ser más apropiado. Hace dos años no tenían electricidad. Ahora son los pioneros. Cinco grupos de 25 pequeños comparten los cinco laptops que han llevado al colegio… «Otra cosa importante es que se les enseña sobre la solidaridad».

Financiar cada pincho cuesta siete dólares, de ellos cinco son los que vale y dos los que van a la organización para conseguir que sea completamente autofinanciada pronto. Cabe señalar que una parte de las donaciones de ordenadores usados serán de España, conseguidos a través de la red social Labdoo, creada por el catalán Jordi Ros.

«Líbano, Congo, Sudáfrica, India, Afganistán, Sri Lanka, Colombia, Malasia…», recuerda Nissan. Son los siguientes lugares a donde llegará su erizo. «Uno, dos… cinco… Serán 50». Un efecto multiplicador, muchos rostros felices. «Nos recibieron bailando. ¡Y cantando! Information is power [Información es poder], todos. Se pone la piel de gallina». Algunos descubrían como ayudar a sus padres con su cosecha. «Otro, un chico de ocho años, mirada atenta, llamado Ronaldo, se puso a buscar un curso para aprender español…».

 

http://www.elmundo.es/cronica/2014/05/18/53775edaca4741f47e8b456e.html