De hipertrofia informativa ya hablaba Antonio Pasquali en los años 60, y eso que no había twitter. Imagínense como estamos ahora.
Entonces si las fuentes se están saltando al medio como puente para llegar a las audiencias y lo están haciendo directamente a través de sus canales de comuicación y redes sociales ¿para qué los periodistas? y sobre todo ¿para qué los medios? ¿Qué hacemos con tanta información?
Las redes sociales o la prensa digital no ha podido reemplazar a los hermanos analógicos en credibilidad y respeto. Solamente los superan en velocidad; la noticia llega más rápido pero también llega más banal, intrascendente, devaluada.
La velocidad que le imprime la web y las redes sociales hace que el hecho noticioso no espere al día siguiente; ni siquiera la edición nocturna del noticiero. Pero esa misma velocidad no solamente hace que la mercancía pierda cualquier análisis y reflexión: también hace que no se distinga fácilmente entre la primicia y la mentira; la especulación y el hecho; el original y el plagio.
Ante el vértigo que imponen las redes sociales, los medios y los periodistas tienen el deber de ofrecer más reflexión, análisis y calma. El periodista pasa a ser un recopilador de información para convertirse en lo que se ha dado en llamar un curador de contenidos.
Al respecto, Tom George, en un artículo suyo, lo define como «alguien que encuentra, organiza, presenta y comparte información valiosa (contenido) de muchas formas, sobre un tema especifico, de manera que proporciona al lector su visión sobre el tema, buscando el debate sobre el mismo».
Entre las características que debe reunir este profesional está por supuesto la de conocer ampliamente el contenido que está tratando, analizar las características del público al que se dirige; conocer los criterios básicos para identificar, seleccionar y valorar información; utilizar herramientas y métodos adecuados para mantener una revisión periódica; ser consciente y respetar las normas básicas de propiedad intelectual y licencias de la información. Finalmente es importante que sea capaz de autoevaluar su labor y retroalimentar la de su público.
El curador es el editor que elige no sólo artículos, sino los tweets, fragmentos, fotografías o videos de mayor sentido. Un papel que cualquiera puede ejecutar, no nada más los periodistas. «La curaduría puede recurrir a los algoritmos, a la web semántica y a la inteligencia artificial para ofrecernos un contenido susceptible de cautivarnos más, pero resulta mucho mejor cuando se beneficia de la capacidad de discernimiento humana», señala Francis Pisani, periodista independiente y bloguero en una nota para El Clarín de Argentina
R Bhargava, clasifica en cinco los modelos para la curaduría de contenidos:
1. Agrupación. Existe un torrente de información en línea y Google puede dar únicamente un intento de respuesta, sin embargo, existen millones y millones de páginas mostradas para cualquier búsqueda. Agrupar, es el acto de conservar la información más relevante sobre un tema en particular en una misma ubicación.
2. Síntesis. La síntesis se trata de agregar una capa de simplicidad como una de las actividades obvias más valiosas. Sintetizar es el acto de conservar información dentro de un formato más simple dentro del cual únicamente las ideas más importantes o relevantes son compartidas.
3. Elevación. Las ideas más pequeñas que usualmente son compartidas online en ráfagas de 140 caracteres o en imágenes de teléfonos pueden apuntar a una tendencia más generalizada socialmente. Elevación se refiere a la misión de identificar una tendencia mas grande o una percepción más acertada sobre las reflexiones hechas diariamente.
4. Mezcla o Mashup. Un término utilizado normalmente en el contexto musical para describir la creciente tendencia de tomar dos o más fragmentos de música y fusionarlas. De aquí surge una discrepancia de gran importancia en relación a la información. Mashups son yuxtaposiciones curadas donde la fusión de contenido existente se utiliza para crear un nuevo punto de vista.
5. Cronología. Una de las maneras más interesantes de ver la evolución de la información es a través del tiempo y percibir cómo los conceptos de nuestro entendimiento sobre los temas han cambiado. Crear una cronología es una forma de curaduría que agrupa información histórica organizada tomando en cuenta como criterio el tiempo para mostrar un entendimiento cambiante sobre un tema en particular.
Pro su parte Ramón Archanco menciona 10 tareas imprescindibles del curador de contenidos
Para quienes deseen profundizar sobre el tema no se pierdan a Guillermo Franco, autor del libro «Escribir para la web», quien ofrece una interesante charla sobre el tema, disponible en este video
Luis Ernesto Blanco / @lblancor